domingo, 1 de noviembre de 2009

Historia de una estrella

Os enseño el regalo que le hice a mi padre hace unos pocos días con motivo de su cumpleaños. Espero que os guste.


Hace trece años, en el inmenso Universo...
Yo era una estrella pequeña, menuda, casi no tenía luz, me faltaba la sonrisa, me quedaban por crecer dos picos y, sobre todo, no era feliz. Estaba sola en el cielo estrellado.Pero un día llegó el momento más importante de cualquier estrella; me llamó el jefazo. ¡Madre estrella! ¿por qué? Tenía miedo, mucho miedo. No quería ir a parar a ese mundo nuevo que todavía estaba en construcción. Además, los habitantes de esa pequeña mota de polvo eran unos maleducados, todas las noches empezaban a señalarnos. Pero ¿qué se habían creído? Somos estrellas y ellos humanos ¿qué más da?
Bueno, a lo que iba: no quería irme, me faltaban de salir dos picos y no quería abandonar mi cuerpo y transformarme en un repugnante humano.
Pero no había nada qué hacer, ya me habían asignado un hogar, me marcharía mañana mismo y el viaje sería largo, muy, muy largo.
Así pues, hice mis maletas; como no tenía amigos, no me despedí de nadie, y subí al autobús con forma de bombo. A medida que pasaba el tiempo notaba como mi bonito cuerpo de estrella iba transformándose. No había nacido y ya deseaba morir para volver a ser estrella.
Así transcurrieron los nueve meses en el autobús en forma de bombo. Pero cuando por fin llegué ocurrió algo asombroso. A mi me habían dicho que en la tierra no había estrellas, pero allí estaba, era una estrella preciosa, brillante, sonriente, que se hacía llamar “papá”.


De Beatriz, para que nunca dejes de brillar.

4 comentarios:

LUCIA dijo...

Primaaa eres una artista!!! a ver cuando me dedicas algo!!! nos vemos el viernes que viene que habra que liarla!!! un besito muy fuertee

Anónimo dijo...

¡Ya me parecía que te "chispeaban" los ojos! Pero tampoco es extraño. Formas parte de un pequeño firmamento.
Creo que tu regalo es una preciosidad y que las estrellas "papá","mamá" y "hermano" brillan más ahora, ¿no?
Un abrazo de los fuertes y muchos besos.
Pocacosa.

Anónimo dijo...

¡Que suerte tiene tu papá-estrella!
Yo estoy convencida de que brillará sin descanso para ti.

¡Y que suerte tenemos los que lo vemos!

Un gran BESO estelar para los dos.

Chocolate

Anónimo dijo...

Me cuentan que el que te recibió, aunque a veces no lo parezca, agradece todos los días que en su vida haya mucha más luz desde que llegaste, y se emociona cada noche cuando le regalas la constelación de tu sonrisa, y me han dicho que ese es su mejor regalo.

Pero esto me lo han contado, ¡eh! No lo sé de primera mano.


Un beso.

Pdta: Esto es un mensaje anónimo de autor desconocido.