miércoles, 31 de enero de 2007

JARA


Tu nombre nació en un bar y allí quedó también olvidado para algunos.
Fuiste y seguirás siendo magnífica. Tus ojos siempre tan bonitos enamoraban a cualquiera que te viera, tus orejas picudas hacían de tu cara el rostro más bonito del mundo, tu nariz se podía encontrar en cualquier sitio pero tu belleza interior no, tu boca formaba sonrisas incomparables, con tu pelo sedoso me refugiaba en los momentos malos, tu cola agitaba el Everest y tu cuerpo no sabría describirlo.
Llegaste a ser tan hermosa que algo malvado se enamoró y fue apoderándose poquito a poco de ti hasta que finalmente él era prácticamente tú y al final decidió que debías irte con él a otro lugar lejano y no volver a verme ni a mi ni a nadie que habitara en este pequeño mundo.
Yo confío en que algún día podamos volver a vernos y que tú me des uno de tus besos y yo uno de los míos. Podré abrazarte y no dejaré que te separes de mi.
Te quiero y siempre te querré. Aunque tu me olvides yo nunca lo haré.
Intentaré hacer todo lo que pueda para verte; como si tengo que atravesar
mares, océanos o montañas.
Debo irme pero quiero que sepas que cuando quieras visitarme, aquí donde viviste te esperaré.